lunes, 3 de junio de 2013

Habermas: La esfera pública.


Habermas desarrolla una noción de opinión pública que no se origina desde una teoría de la comunicación, ni desde otra vertiente o campo especializado, sino como centro de una teoría crítica de la sociedad y de la democracia. Habermas investiga el surgimiento de la “esfera pública burguesa” entre los siglos XVII y XVIII, en el escenario de la lucha anti feudal en el que el surgimiento de los periódicos y los cafés literario-políticos conforma el espacio físico y reflexivo de una nueva forma de publicidad a medio camino entre el Estado y las instituciones, por un lado, y la empresa privada y la vida familiar, por el otro.

El declive de la esfera política burguesa desde mediados del siglo XIX se impone debido a la construcción de un nuevo orden burgués, el desarrollo de la sociedad de masas y su consecuente burocratización de lo político y la mercantilización de la comunicación, procesos que el pensador alemán sintetiza en la expresión «colonización sistemática del mundo de la vida». La nueva andadura histórica de la publicidad estará determinada por las transformaciones estructurales conocidas como Estado Social, donde la comunicación se ha vuelto de masas, la comunicación política se reduce a la mercadotecnia y la esfera pública es cada vez más gestionada por expertos en la materia (publicistas, administradores…). A pesar de todo, la esfera pública aún es el lugar de intercambio simbólico de lo público, donde suceden los acontecimientos que la historia contempla como hechos sociales, porque afectan e incumben a las colectividades humanas. Tal y como señalaba Hanna Arendt, es el lugar donde sucede – ante nuestros ojos -  aquello que constituye nuestra “realidad política”.

La interpretación de la esfera pública como entorno donde se produce el prodigio de la opinión pública, añade una “instancia crítica” de la ciudadanía en relación con los representantes del poder, en la medida en que la comunicación abierta y libre posibilita comprobar procesos de racionalización. El estudio “administrado” de la opinión pública a través de encuestas y sondeos constituye uno de los mecanismos de poder para consolidar el beneplácito de la opinión pública en lugar de un consenso racional obtenido deliberativamente.

Habermas asevera que en el Estado Social se ha realizado una conversión estructural de la opinión pública que lleva el predominio de la instancia receptiva, es decir que la notoriedad pública alcanza una legitimación emocional y no racional a través de una comunicación que ha dejado de ser pública para ser de masas.

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